Encontrar en el camino,
las piedras que una vez,
dolorosas...
Sentir la distorsión/distracción,
y no aprender en la translucidez,
de tus ojos... que opacos,
nunca se dejaron enseñar.
Quizá tu montaña Rusa se alejó,
para volver en mi llanura...
Ser al menos el cañón
de mis cicatrices,
donde el caparazón de horchata,
que hirviendo,
se dejó enseñar.
Montaña y llanura.