lunes, 19 de abril de 2010
Los Guardianes del Faro
domingo, 18 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
Leyendas III: Mauron.
martes, 13 de abril de 2010
post-tenerife
sábado, 3 de abril de 2010
Leyendas II: La defensa de Tanoutia.
La defensa de Tanoutia.
Tanoutia, una isla de sol y arenas blancas, era una gema en bruto, y requería de toda la energía de sus nuevos habitantes, el Superior Guarda, Belo, y el Papa de la Magia. Allí encontraron otra civilización que moraba en Tanoutia desde hacía milenios, que compartían sus tierras con los Zorros del Desierto que habitaban también allí. Esa civilización era conocida por acabar de extinguir a los dinosaurios que se escondían entre las montañas, y se dice que para sus emblemáticas construcciones usaron los enormes huesos de esos animales.
Muy pronto la alianza Ende entabló amistad con ellos, y establecieron un acuerdo de paz. Trabajaron juntos en la excavación de una nueva cantera de mármol aun sin explotar, que les permitió conseguir materiales que luego exportarían a la tierra natal de cada uno.
Pero no todos los habitantes de aquellas tierras eran amistosos. Al sur de Tanoutia, una increíblemente poderosa colonia de orcos analfabetos hacía estragos entre los de su alrededor. Con cierta frecuencia, batallones de orcos desembarcaban en la isla y saqueaban las ciudades primerizas. Estaban mandados por un dictador que llegó a su cargo por casualidad, porque la diosa Fortuna estaba probando los buenísimos vinos de la zona hasta que se le cayó a tierra el frasco del Líquido de los Dioses sobre su cabeza. El dictador amaneció un día al mando de aquellos miles de orcos. Era Mauron, Señor de las tierras Fétidas.
Ante esta peligrosa amenaza, la alianza Ende y los Extintores de Saurios decidieron emprender una acción. Primero, tomaron contacto con los superiores de Mauron, los Señores del Crim. Estos seres moraban en las entrañas de la tierra prácticamente desde sus principios y guardaban con celo sus propias fronteras. De nada sirvió aquella protesta, pues ellos no controlaban las decisiones de la diosa Fortuna y les advirtieron de que no atacaran a Mauron, o serían aniquilados.
Así, Mauron siguió germinando terror entre los Tanoutorianos. Pero Ende no había venido de tan lejos, distanciándose de sus seres queridos y de su tierra natal, sólo para rendirse. Fue entonces cuando Belo y el Superior Guarda decidieron, en contra de lo que les aconsejaban los Señores del Crim, ir a la guerra (El Papa de la Magia no podía estar con ellos, pues había vuelto a su tierra a tratar de repeler una batalla que ya estaba perdida).
Prepararon sus filas, y ante ellas había un hoplita, que les dio un mensaje que jamás olvidarían: Hemos venido aquí a cultivar nuestra propia tierra. Hemos venido aquí para ser libres. No vamos a dejar que usen nuestra isla ni a que se lleven el sudor de nuestra frente. Nuestro dolor es nuestro, y tiene un precio. Puede que ellos sean más fuertes. Puede que ellos sean más. Pero vamos a hacer que lo paguen con su sangre, porque nosotros, no tenemos miedo.
Y sin miedo, cargaron sus barcos de guerra y zarparon a la mar.