jueves, 30 de diciembre de 2010

El árbol que cayó y nadie lo escuchó

Meditaba hace pocos días sobre la siguiente paradoja: “Si un árbol cae en medio del bosque, y no nadie lo ha escuchado, ¿Realmente hace ruido?”. Usando razones sencillas, tenía una respuesta sencilla: Sí, a pesar de que ningún ser humano lo escuchó, hizo ruido, las vibraciones acústicas se expandieron por el aire, y produjo cambios a su alrededor. Y no sólo hablando de humano, también de animales. Aun suponiendo que no hubiera ningún animal alrededor (suponiendo que fuera posible), el árbol hizo ruido, y transmitió sus vibraciones a las plantas cercanas. Incluso, si el árbol estuviera apartado en un planeta donde sólo viviera él, cayó, y sus vibraciones sobre la tierra podrían producir un terremoto. Después de todo, una mariposa que bate sus alas en una parte del mundo, puede producir un huracán en la otra parte. Parece ser que todo lo que sucede, sucede, porque deja una huella en su entorno.
Pero ¿Y si el árbol cayera y su sonido no afecta en absoluto a su entorno? De nuevo, usando  razones sencillas, tenía otra respuesta sencilla: Ya que es imposible que algo suceda sin dejar ningún rastro, No, el árbol No hizo ningún ruido al caer. Por el simple hecho de que es una contradicción que algo suceda (hizo ruido, vibró) sin dejar alguna huella (para que vibre se requiere de materia que se deforma). Así, todo lo que sucede deja su muesca en el éter del universo, como la piedra en el estanque.
Todo lo que sucede.
Así, todo lo que hacemos, todo lo que pensamos, son pequeños impulsos que transmiten su energía a lo ancho y largo de todo lo demás. Eso hace pensar, que aquellas malas palabras que le dijimos a un ser querido van a dejar su huella en todo lo que nos rodea, ya que todo está dispuesto como una hilera de piezas de dominó, dispuestas a caer al más leve movimiento. Cada pensamiento es una piedra en el estanque, un big bang en el universo, con todos los rastros y pistas que dejamos detrás.
Deberíamos tener en cuenta, más a menudo, que cada pensamiento negativo tiene su eco en la inmensidad. Pues el árbol cayó, y si hizo algún ruido, todos lo escuchamos, de un modo u otro.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mi conciencia y yo.

(Habla la conciencia)
-¿Qué estás haciendo abriendo el estuche del teclado? Vamos a ver, lo teníamos guardado en esa esquina medio oculto para que no lo tocaras ¿Y qué haces ahora? ¿Estás enchufándolo? Mira, mira, que lo que tienes que hacer es el plano de implantación que lo tienes a medias, haz el favor de recoger eso y ponerte a hacerlo ahora mismo.
(Hablo yo)
-Mira, no te pongas tan histérica que no es para tanto. Llevo ya casi media hora y necesito un descanso. Toco un ratito, me relajo, y luego sigo, que no hay que ser tan exigente eh, que luego nos ponemos tristes y nos cansamos, así que tranqui...
-¿Tranqui?¿histérica? ¿Qué forma es esa de dirigirte a mi? Dices que vas a estar un ratito, y yo te digo que una mierda vas a estar un ratito. Se te va a hacer de noche y luego dirás que ya es tarde, que está oscuro y no sé que más gilipolleces que pones como excusas para ponerte a jugar. So perro!
-A mi no insultes gilipollas que yo hago lo que me sale de los huevos, subnormal, voy a tocar el piano hasta que me salgan ampollas, así que enterada estás.
-Chaval, te la estás buscando bien, cabrón, ¿Qué sería de ti sin mi? Aun estarías en bachiller ligándote a las putas mañacas que hay allí, y tocándote los huevos cada vez que me relajo un poco, maldito macaco pajero y desagradecido!!
-¿Por ti? JA! Me río en tu puta cara desgraciada, mierda seca, que si pudiera iba yo a aguantarte, una puta mierda para ti, te sacaría las tripas y te las haría comer, hurón patizambo y calvo, jódete!
-Eres un hijo de puta, te voy a partir la cara cabrón, te voy a abandonar y te van a dar pal pelo chaval, que no vas a llegar ni a mono de feria, y vas a tener que comer la mierda que cagas si quieres seguir respirando por esos putos pulmones, gilipollas.
-Eres una ZORRA.
-Y tú una GUARRA.

(Y así están las cosas)




domingo, 19 de diciembre de 2010

Y así el hombre...

El hombre recorría los abismos infinitos del universo, flotando en él como un cometa, experimentando las infinitas sensaciones que cada astro proporcionaba. Pero el hombre tuvo miedo, y buscó una galaxia confortable donde entró, se acostumbró, y con el tiempo se encerró. Y así el hombre recorría los abismos de la galaxia, paseando entre los sistemas y las estrellas. Pero el hombre tuvo miedo, y buscó un planeta confortable donde entró, se acostumbró, y con el tiempo se encerró. Y así el hombre recorría el aire, el mar y la tierra, vislumbrando las formas de vida inclasificables que habitaban en él. Pero el hombre tuvo miedo, y buscó un suelo confortable donde entró, se acostumbró,  y con el tiempo se encerró. Y así el hombre, andaba, y subía montañas y bebía de los ríos. Pero el hombre tuvo miedo, y buscó un hogar confortable donde entró, se acostumbró, y con el tiempo se encerró. Y así el hombre distribuyó sus muebles, encendió la chimenea, y miró por la ventana. Pero el hombre tuvo miedo, y tapió las puertas, y buscó un lecho donde entró, se acostumbró, y con el tiempo se encerró. Y así el hombre tranquilamente dormía y soñaba con maravillas de otro mundo. Pero el hombre tuvo miedo, y construyó en su mente para protegerla de pesadillas un fortín donde entró, se acostumbró, y con el tiempo, se encerró...

Y así el hombre encerrado en su propia crisálida, espero la muerte...

viernes, 17 de diciembre de 2010

Decadencia.

Las delicadas sombras del rostro dejaron paso a la negrura, a la mugre, y al sebo repugnante, que tanto se acumulaba sobre la piel que bajo ella, rodeando el ombligo y las caderas, y bajo ellas, dejaron las pistoleras paso a los trabucos. La respiración bien aceitada y suave como un colchón de nubes ya forma parte de los archivos históricos, carcomidos por pequeños seres impertinentes, y ahora ruidosa y asmática cual moribundo en su lecho de muerte. Se olvidó pronto de la fluidez de su lengua, cuyas babas resecas han formado una masa pringosa pastosa que envuelve el músculo charlatán, como si de un abrazo de oso se tratara, inmovilizándola, agarrándola y atrayendola hacia los profundos abismos de la ruina.

La desesperación irrumpió en el hogar de la dulce ilusión, y guió a su capitán por los caminos de la decadencia, lo pobre y la podredumbre, el moho, los ecos vacíos, arenas movedizas y nubes tóxicas que impregnan la ropa y la manchan de tintes y olores permanentes e indestructibles como la propia destrucción de los tejidos vivos.

Desolador redil de los sueños rotos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

a_Ñoras y el olivo

El olivo en lo alto de la colina hacía sombra a mi cuerpo, que reposaba acostado sobre hiervas silvestres. El sol lo alumbraba todo y dotaba al aire de una temperatura perfecta. Podría bajar de la colina, dirección al este, y sin dejar de pisar hierva, tierra fértil y arena durante kilómetros, podría llegar al mar y zambullirme en él. Por ahora, me conformaba con mirarlo desde aquí. Verlo, el mar, todo él. Y también una extensa pinada al norte de aquí. No sabría decir cuántos árboles habría, pero sí que una ardilla podría saltar de uno en uno y morir antes de alcanzar el último. Huertos de todo rodeándome, invernaderos de ñoras, y sombras. Mi casa se encontraba a media hora a pie de aquí, si me esforzaba en llegar puntual para la comida del mediodía. Lo recuerdo todo visceral, más auténtico que cualquier otro recuerdo, y absolutamente feliz. Tal vez sea porque es un recuerdo viejo, y yo vivía mi juventud plenamente entre la arena y el sol.

Hacía tiempo que había abandonado mi hogar de niño, y aquel olivo donde descansaba bajo su sombra. Pero volví, andando medio cojo ayudándome de mi bastón por el mismo suelo por donde antes corría sin percibir el cansancio. Pisaba asfalto, y hacia arriba había más cemento que cielo. La luz y las sombran dejaron sitio a la sombra y un aire asfixiante, denso y letal como el humo. Los edificios y neumáticos invadieron la tierra donde había hierva, y donde había raíces ahora hay alcantarillas. Seguía mi lento paseo, casi esperanzado en encontrar tras la siguiente esquina aquel bosque de pinos que se perdía en el horizonte. Poco después de tener ese pensamiento, se elevó ante mi el suelo, creó una pendiente hacia arriba en el camino, que llevaba hasta un olivo, que aun hacía sombra, en medio de un parque de bancos donde sentarse y columpios. El plan urbanístico había salvado de la extinción el olivo donde yo me acostaba a descansar. Qué enorme y triste casualidad. Con esfuerzo, ascendí la antigua colina por un camino adoquinado de gris, llegué hasta el olivo, que estaba rodeado de arena falsa y más adoquines. Lo toqué. Lo percibí viejo y cansado, mucho más viejo y cansado que yo. Miré hacia el mar, pero había desaparecido.

Donde antes estaban todas las cosas que yo apreciaba, ahora había dueños de terrenos que ya no tenían terrenos, pero eran ricos, había un pueblo que ya jamás volvería a pasar hambre ni pestes, había un supermercado, muchos bares y restaurantes, unos alcaldes ya retirados, aun más ricos y corruptos, una inmobiliaria internacional que tenía tanto dinero como el resto de la ciudad, si no más, además del poder y el control, coches, estrés, y hogares provistos de la última tecnología.

No somos tan listos como para tenerlo todo.

martes, 30 de noviembre de 2010

F_R

Qué bonito es seguir soñando, uno nunca encuentra el momento oportuno para dejar de soñar. A veces, el autor comienza a relatarnos pensamientos más reales que fantásticos. Son esos momentos en los que el protagonista ve reducida su moral y duda de si conseguirá o no concluir su propósito - Y yo sigo luchando, pero todo sigue igual que siempre-. Un recurso literario que hace atar momentáneamente la ficción con la realidad. Al mismo tiempo, el lector también duda - Cómo que no lo conseguirá? Eso es imposible-. Por un momento el autor es realista, y esa realidad-ficción hace al relato imposible. Imposible dejar de leer. Piensas brevemente que no quieres que el protagonista salga victorioso, porque hace al relato real. Pero no deja de ser un cuento y una fantasía. Así, aunque no te explicas cómo ocurrió, siempre sale adelante. Y es que en las fantasías sale siempre tan bien...
Pero a veces soñar trae consigo un peligro que no suele ser previsible -Lo es, siempre-. Al ser una irrealidad, uno no se plantea que el peligro se convierta en real -Esa gárgola maléfica no puede salir de las páginas del libro, eso es absolutamente imposible-. Hasta que un día te ves teniendo que plantar cara a tus sueños, y luchando tú mismo contra tus demonios, para defender la realidad.
Pero qué bonito es soñar libre y sin miedo.
Quisiera, yo, como todo el mundo, pero yo, siempre yo,
pidiendo como un niño consentido, ego-yo, yo, y mi ego desfavorecido.

viernes, 19 de noviembre de 2010

detrás

Si hubiera abierto los ojos... habría visto...

 ...notaba como esa chica se iba acercando hacia mí. No podría decir que supiera que se acercaba porque diera un paso detrás del otro acortando distancias, como se suele hacer. No podría decir eso pues así no ocurría, pero ese suceso ocurría, con explicación o sin ella. Y esa chica era hermosa, pero no porque tuviera un cuerpo bonito, pues no pude percibir cómo era su cuerpo. Era hermosa porque yo tenía una intuición de que lo era. Pero pude ver sus ojos, de cierta manera en que, sí, podría asegurar que eran hermosos. 

...si los hubiera abierto... pero no lo hice...

...de ellos sí me acuerdo. Me acuerdo como si los hubiera visto. Perfilados con pestañas oscuras que hacían que los colores -colores- de su iris subieran muchos puntos el contraste. Cuando fui a rozarle la mejilla había tanta bondad y hermosura en esos ojos como la hay en el mundo entero. Corría por un bosque muy oscuro, y aquellos ojos eran un recuerdo. Los árboles subían esqueléticos, desprendidas sus hojas que ahora alfombraban el suelo. Hacía mucho rato que corría delante de alguien. No sabía quién era ni qué aspecto tenía, pero sí sabía, lo sabía muy bien, que quería hacerme daño. Pero yo no sabía por qué, ni sabía qué tipo de daño pretendía hacerme.

...permanecieron cerrados... el tiempo que ellos desearon...

...mis piernas se movían de una forma muy extraña, como si estuvieran sumergidas bajo el agua. Tenía la sensación de haber estado mucho rato pensando que en cualquier momento me cogería. Estaba recostado en  el claro del bosque de pinos. Las estrellas brillaban, tanto, como lunas. No hacían sombras, pero quedaban registradas en mi retina como joyas que eran. Una galaxia cruzaba el cenit, construyendo en aquella visión un acorde mayor hace tiempo esperado, un reposo infinito, la sensación de "ya está", de que todo terminaba, la vuelta a casa.

...Si los hubiera abierto, habría visto centellear en el aire sin que nada las sujetara unas luces misteriosas y caprichosas. Una ventana abierta permitía la entrada de un único rayo de luz. Era la luz de la tarde que atravesaba la habitación casi horizontalmente, y se proyectaba en el suelo. Si hubiera abierto los ojos, y levantado la vista, habría visto cientos de motas de polvo suspendidas en el aire, que, alumbradas por un rayo de sol, aparentaban centellas. Aquello era bonito. Pero mis ojos sabían muy bien lo que hacían. Aquello era bonito, sí, pero lo que había detrás de esos párpados era hermoso.


martes, 9 de noviembre de 2010

le moulin

lunes, 8 de noviembre de 2010

Esa cosa de la garganta cuando se es feliz de nuevo




Esta es la versión corta de una canción: Esa cosa de la garganta cuando se es feliz de nuevo. La versión completa no consigo tocarla bien entera, aun.
En el título pone algo de felicidad, sin embargo la canción es más melancólica que otra cosa. Así es. Es la melancolía de todas las cosas malas que se han debido de superar para conseguir un estado de felicidad. Yo lo noto en la garganta, y sólo me dura unos tres segundos. Debe ser algún recuerdo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Las personas Hermosas

Aquellas personas cuya hermosura no se limita al ser, si no al hermosar. Hermosas de rostro y cuerpo y además hermosas de espíritu. No sólo sois hermosas porque lo sois si no porque continuáis siéndolo, si no siempre de la misma forma, de otro modo, pero hermosas. Se escucha vuestra melodía y se ve vuestra aura de hermosura, personas hermosas, como lo hermoso de una rosa entre un apagado rosal. Sois esa manzana roja que sujeta entre sus manos huesudas y desnutridas el niño que sabe que va a morir de hambre. Sois el beso de un ser amado que se cree eterno. Sois al fin y al cabo, las razones hermosas de la hermosa esperanza.

Afligidos por lo que pensáis que ha sido vuestro destino, y tristes por las casualidades de las circunstancias y lo amargo de las consecuencias de vuestras desafortunadas decisiones. No sois más que hermosos personajes que lloráis dentro de un hermoso drama.

Podríais no olvidar, al menos, que sois hermosos, hermosas personas.

martes, 19 de octubre de 2010

Atrabiliaria difusa lucha. II

Atrabiliaria difusa lucha. (Segunda parte)

Me levanté del suelo, y me dirigí a la puerta. Allí me estaban esperando el resto de luchadores. Habían usado técnicas ocultas para prepararse, habían hecho cosas que yo no comprendía. Uno de ellos se había implantado en su cráneo una enorme hoja metálica afilada, y se disponía a investirme con ella como lo haría un rinoceronte. Otro de ellos se cambió una mano por arma de fuego que podía disparar munición infinita. Todos ellos me parecieron grotescos, y por momentos me daban pena. Atacaron, uno corriendo hacia mí como un poseso y el otro disparándome sin miramientos. No fue ningún problema para mí esquivar esos ataques. Me sobraba un pensamiento para hacer que la hoja metálica saliera volando por el techo junto con la cabeza que la sostenía, o que el otro se viera impulsado hacia abajo, destrozándose, mutilándose.

Sobre una pared había un chico pequeño. Estaba colgado con cuerdas, y un plástico negro le cubría todo el cuerpo. Aquello pretendía ser un cebo. No sé cómo querían que funcionara, pero no funcionó. El chico se movía mucho, queriendo salir de ahí, y sin querer consiguió que el plástico cubriera su rostro y sus fosas nasales, impidiéndole respirar, y así murió. Esa sería la única muerte que yo no provocara.

Una chica permanecería impasible y preocupada en una esquina.

El resto del grupo de jóvenes se abalanzó contra mí. Yo me protegía tras los parapetos de plástico, corriendo de un lado para otro, buscando tras los escondrijos a luchadores y luchadoras, y retirándolos y retirándolas del combate. Uno tras otro, todos cayeron. Todos, menos dos. Una chica impasible, y otra chica que había sido compañera mía anteriormente (a mi entender, hacía milenios) de clase de universidad.

Me acerqué a la chica que no era alta, y tenía el pelo liso, moreno y largo hasta los hombros. Le di un abrazo y pretendía darle consuelo, y ella se dejó consolar. Posé una mano sobre su rostro y la dejé allí, junto a sus ojos preocupados y enamorados. Todo era destrucción a nuestro alrededor, pero yo quería crear una burbuja de protección para que no sufriera por todo aquello. Ella era dulce, y yo le demostré dulzura. Le prometí que no le pasaría nada.

La que había sido compañera mía, alguna vez, estaba sentada cerca. Le dije que yo no quería que pasara eso, que yo quería conservar el sentimiento de bondad. “He sentido – le dije – que alguien me ha escogido para que hiciera esto, y de algún modo él lo ha hecho a través de mí. Después de todo, sólo soy humano, debería ser incapaz de aguantar esta lucha”. Ella pareció comprender que lo que yo decía era cierto.

De repente, medio edificio desapareció, destrozado bajo una mano muy poderosa. Apareció ante nosotros un monstruo de casi veinte metros, casi una esfera constituida por carne, grasa y tentáculos que le permitían desplazarse. Tenía un orificio que podría pasar por una boca, formado por algo similar a unas palas de excavadora, una sobre otra, que se abrían y cerraban como lo haría el pico de un gorrión. Sentí en él que era parte de algo mucho más grande. Era una floración de aquella criatura que azotaba al mundo. Una escama que se había desprendido y había cobrado vida propia. Se acercaba a nosotros poco a poco.

Permanecía abrazado a aquella chica. No quería desprenderme de ella, quería seguir aquí. Pensé por un momento que merecía la pena ser aplastado por esa cosa si ello conllevara no tener que separarme de ella. Tanta pereza me daba, desprenderme…

Pero me levanté, he hice que las dos chicas se movieran y fuimos corriendo hasta la puerta que había al fondo de aquel cuarto donde me puse la capa. Sonaban detrás de nosotros aquellos ruidos guturales llenos de furia. Abrimos la puerta y subimos a lo largo de tres pisos por unas escaleras, que nos llevaron a un parque superior, con sus bancos para sentarse y sus pequeños árboles plantados en macetas por la terraza. Alguna vez esto debió de ser bonito.

Había sido elegido para salvarlas, y era el responsable de acabar con la criatura que azotaba al mundo. Ahora me sentía muy perdido, pero mi intuición me guiaba, para guiarlas a ellas, hacia un lugar donde escondernos…

domingo, 17 de octubre de 2010

Atrabiliaria difusa lucha. I

El mundo estaba siendo azotado por una criatura. Podría decirse que se parecía a Godzilla, aunque en realidad no se parecía en nada. Era como una masa de seres florecientes y fluyentes de un centro ominoso. Pude verlo, una vez, a través de los rascacielos de la Gran Ciudad. Sentí que su propósito no era otro que el de la destrucción.

Algunos jóvenes habitantes de la ciudad nos vimos atraídos, por alguna fuerza superior que no conseguíamos entender, a la planta baja de un edificio. No sabía por qué, pero me vi comprometido en una lucha. Dos bandos se estaban enfrentando en una batalla que podría ser, o no, a muerte, y yo estaba dentro de uno de esos bandos. Por algún motivo, mi equipo sólo estaba formado por cuatro personas armadas con armas blancas, y el otro por alrededor de quince, armados con armas de fuego que yo pude verlas, y podría asegurar que la batalla ya estaba sentenciada. Sin embargo, un sentimiento emanaba de las mentes de todos nosotros. Un sentimiento de bondad y comprensión en el que dejábamos de luchar (por Dios, la lucha no tenía sentido) para unirnos y formar un gran grupo. Yo sentí la bondad como la sintieron todos los demás. No hacía falta hablarlo, todos lo sabíamos. 

En ese momento yo me escondía tras un parapeto de plástico, puesto ahí para que nosotros nos protegiéramos. Parecía un campo de paint-ball. No podía ser otra cosa que un campo de paint-ball con esos parapetos puestos de esa forma. Sólo que aquello no eran armas de juguete. Y sus manchas, si las produjeran, no serían de colorines, si no, que sólo serían de un sólo color, y todos sabíamos cual. Veía como dos de mis compañeros se atrincheraban más adelante con palos de madera, y aun más adelante, cinco o seis personas del equipo contrario viniendo hacia nosotros tras una gran y gruesa cortina que parecía separar la estancia en dos. Junto a mi estaba el cuarto compañero. Le miré, y él vio en mis ojos, no sé cómo, que yo había perdido aquel sentimiento de bondad que pudimos experimentar todos. Se asustó y debió augurar algo, pues dijo “no quiero estar aquí”, y diciendo eso salió corriendo y se fue, y nunca más volví a verle. Mucho mejor para él haberse ido, sí, muchísimo mejor. El sentimiento de bondad los había unido entre ellos. Pero no a mí.

Antes de que aparecieran junto a la cortina, yo escapé de allí (aunque en realidad no me hacía falta huir de nadie). Di un salto que se me antojó larguísimo y fui directamente a otro parapeto, alejado de allí, donde había otro luchador atrincherado. Con una barra de hierro no tardé ni dos segundos en destrozarle la cabeza y desparramar la mitad de él por todo el suelo. Seguidamente me acerqué a otra luchadora y le hice tres cuartos de la misma sangría. Todos estaban desprevenidos pues aun conservaban la bondad. Nadie esperaba que yo actuara así. Atacando a quien se pusiera en medio, de este modo, pude llegar a la otra parte de la gran sala, donde había una habitación al fondo con una puerta para entrar, y otra puerta que era una salida de emergencia del edificio. Ahora todos me miraban con ojos de odio, con ojos de “¿Qué haces? ¿Qué has hecho con el sentimiento de bondad?”

Cerca de la puerta de entrada a esa habitación, había una mesa de escritorio que podría ser la de cualquier oficina. Allí estaba una chica con el pelo moreno liso hasta los hombros, no era alta, y permanecía sentada. Le miré a los ojos y pude ver que había algo distinto en ellos. Podrían ser como unos ojos cualesquiera, como el resto de ojos del resto de seres humanos que había en esa sala en ese momento, pero en realidad era como ver un punto rojo mezclado entre cientos de puntos blancos. Sus ojos no tenían odio, ni miedo hacia mí. Tenían preocupación, pues albergaba algo en ella que no quería perder, un sentimiento de cariño. Diría que había amor en ellos. Pedía a gritos que esto acabara.

Me acerqué a la puerta, y sobre una mesa había una capa negra. Entré en el cuarto, y me la puse. Sentí por un momento que yo había sido seleccionado para un fin desconocido. Sentí que yo era el “verdadero ser negro”, la verdadera maldad, y no todos esos villanos de las historias. Yo era el “ideal” de maldad. Me dirigí a una esquina oscura del cuarto y me senté, ocultándome con la capa.

 Esperé unos minutos, y sentí algo de miedo, pues tal vez ellos vendrían a por mí. Pero yo sabía que ellos estaban esperando a que yo saliera. Se estaban preparando para una lucha contra mí… 
...continuará.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Palabrillas

Busqué algunas palabras bonitas en internet, y encontré estas en un portal:


Yakamoz: Es turca, y significa "El reflejo de la luna sobre el agua" además de "microorganismos capaces de formarse debajo del agua muy particulares y exclusivos del estrecho de Bósforo". 


Oppholdsvaer: No sé como se pronuncia, pero me gustó verla escrita, y me llamó la atención su significado "La luz del día después de la lluvia". Es noruega.


Cellar door: La más hermosa en inglés, al menos según la película "Donnie Darko". Significa "puerta al sótano".


Amor: La votaron decenas de miles de hispanohablantes como la más bonita en español. Al menos estoy seguro de que el 90% de las personas piensan en esa palabra antes que en ninguna otra.




Ahora algunas que yo propongo.


Dintel: Me suena bien. Además significa algo que resiste, pero que necesita la ayuda de las jambas para funcionar.


Alcachofa: Divertida como ella misma, XD


Capullo: Un insulto amistoso que fluye en mis labios como la seda.


Quásar: Una de las palabras más interesantes que aprendí leyendo libros de astronomía. 


Ubi sunt: Las cosas que poseemos no nos sirven más allá de la muerte. 

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ben

[...] Se trataba de una sensación solitaria, algo melancólica. Estaba fuera; pasaba en alas del viento, sin que la gente protegida tras sus ventanas iluminadas lo viera. Los otros estaban dentro, dentro de la luz y el calor. No sabían que él había pasado. Sólo él lo sabía. Era un secreto.
[...]

                                             It (Eso) - Stephen King

lunes, 30 de agosto de 2010

Este mismo, parece cortito.

    ¿Qué libro cogeré esta noche para leer? A ver… Este mismo, parece cortito.

Érase una vez, una niña pequeña que siempre llevaba puesto al salir de su casa una capa roja con capucha. “No te olvides tu capa hija, no quiero que te resfríes”, le decía siempre su madre. Por eso, todos en el pueblo la llamaban “Caperucita Roja”.

      Este cuento me suena.

Una día, su madre le pidió a Caperucita Roja que llevara una cesta con comida a su abuela, que vivía en una pequeña casa en las afueras del pueblo. Para llegar hasta allí, la niña tenía que recorrer un camino que rodeaba un bosque bastante denso y peligroso…
…Para llegar hasta allí… un camino que rodeaba un bosque bastante denso y peligroso. Cogió la cesta que le dio su madre, se puso su capa, y salió fuera de casa, no sin antes escuchar un sabio consejo de su madre: “No se te ocurra salir del camino para llegar antes a casa de tu abuela, que sabes que el bosque es peligroso”.

     Deja a la niña divertirse un poco.

…que sabes que el bosque es peligroso”. Así, Caperucita tomó el camino como le había dicho su madre.
…tomó el camino como le había dicho su madre…
…como le había dicho su madre. Pero, poco después, decidió salirse del camino para atajar por el bosque, ya que así llegaría mucho antes a casa de su abuela.
El bosque estaba oscuro, pero eso a Caperucica,… Caperucita, no le importaba. De repente, oyó unas ramas romperse bajo unas patas pesadas.
 “¿Quién hay ahí?” Dijo Caperucita. Y con un gran salto, un enorme lobo de pelo negro aterrizó en medio del sendero por donde iba tan tranquilamente la niña…
…un enorme lobo de pelo negro… aterrizó
…un enorme lobo de pelo negro aterrizó en medio del sendero por donde… iba tan tranquilamente… por donde iba tan tranquilamente… la niña… por donde iba…

     Mejor lo dejo para mañana.
Buenas noches.

domingo, 29 de agosto de 2010

mirando arriba

De repente miré por la ventana, y como si nada, tomé todos mis trastos y el trípode con sus ejes y los coloqué en posición de observar. Sin pensarlo dos veces, cogí mi lente de 4 mm y la coloqué en su soporte. La inclinación del telescopio, los tornillos que sostienen las lentes, y las manivelas (rugientes por la falta de uso y de aceite), todo eso, tomaba su posición correcta bajo mis manos como despertando de un letargo, una afición dormida que renacía de la nada, pero que nunca se olvida.
Miré por la mirilla y me di cuenta, a mi pesar, de que estaba rota, y de que no podría mirar nada a través de ella por mucho que girara el tornillo de posicionamiento. Sabiendo de sobra que no conseguiría enfocar aquel pequeño punto con la lente de 4 mm sin la ayuda de la mirilla, la cambie en dos segundos por la lente de 20 mm. Dos movimientos arriba y abajo, y conseguí verla a través del tubo. Podía verla más grande, pero, como bien sabía, no era suficiente para mi. Antes de que el movimiento de la tierra la hiciera desaparecer de mi pequeña ventana para mirar, cambie de nuevo a mi lente de 4 mm. Miré, y sólo había un borrón. Giré la rueda para enfocar, y allí estaba.
Mi venus.
Como una enana luna menguante. Aunque yo sabía que en realidad estaba en fase creciente, pero mi telescopio es así, le da de vueltas a todo.
Así pues, venus se encontraba cientos de veces más cerca, entendiendo así que no era simplemente otro punto más de luz allí arriba. Hacía tanto tiempo que no sentía esto... Pude parecer un poco tonto, observando aquel enano objeto descender por el horizonte.

sábado, 14 de agosto de 2010

de los buenos...

Dejando de lado aquella abstracción de ideas que hacían de un punto de luz una maraña nubosa de ideas infinitesimales, para centrarme en la simplificación que cada persona individual hacemos, es decir, la dualidad, y motivado por "La carretera" y "Qué bello es vivir", libro y película correlativamente,
    decidí ...
      ... aunque ello supusiera creerme parcialmente arrogante por dar cierta mi dualidad.
      ... imaginando que veía mi vida desde fuera, como un libro, o una película.
    decidí ...
      ... teniendo en cuenta que cada momento se repite una otra y vez en la eternidad.
      ... pretendiendo crear a mi alrededor un aura de bienestar.
    decidí ...
      ... con cordura o sin ella, como un patoso o una potencia de las finanzas.
      ... con lástima, con muerte y con lo que fuera, pero siempre con bondad.
    decidí ...
      ... aunque ello supiera la negación de realizar mis deseos.
      ... aunque a mi alrededor se desate el miedo, el odio y la absoluta destrucción de todo.
    decidí ...
      ... aunque sepa que jamás recibiré nada a cambio.
      ... aunque me sienta perdido y solo.
    así pues, decidí...
...que yo siempre sería de los buenos.
Quiero una maleta así de grande!!!!
-Tienes que hablarme.
-Vale.
-[...]Mi deber es cuidar de ti. Mataré a cualquiera que te ponga la mano encima. ¿Lo entiendes?
-Sí.
         Se quedó allí sentado con la manta por capucha. Al cabo de un rato levantó la vista:
-¿Todavía somos los buenos?,-dijo.
-Sí. Todavía somos los buenos.
-Y lo seremos siempre.
-Sí. Siempre.
-Vale.

miércoles, 4 de agosto de 2010

20 minutos

Era la noria de las cosas que pasan. Sentadito en la cabina me encontrada, observando las colinas del horizonte -qué bonito, ohhh- cuando de repente notaba que mis tripas, atraídas hasta ahora por los testículos como un imán, eran atraídas de repente por mi caperola pelada. "Ya no!" Decíase cual topo aburrido en su madriguera "Ya no! Pues aun pretendía observar desde un poquito más alto. Como desde abajo o desde arriba de un taburete, un poquito más alto aun pretendía." Un deseo ¿deseo? no deseado / cuidado con. Como un imán, así dicen es como sucede. Y de repente todas las cosas malas. Como un imán. Incomprensibles taluegos adiosados por la fortuna. Otra cosa más que archiva el topo en su madriguera, el documento 23.5 de casos cerrados por atontamiento y locura del sujeto a observar. Siempre incomprensibles, incomprendibles (ya, no existe), tortuosas y dolorosas decisiones que hacen al ser humano tan blanco/negro/inclasificable, extraños los conocidos, molestos los queridos.
 Irremediable.

sábado, 17 de julio de 2010

eNIGMa

Como al acabar el curso he podido disponer de una cantidad de tiempo enorme, he realizado este enigma. Consta de dos cuadros y un archivo excel. Con el cuadrado de la derecha se resuelve el de la izquierda, y después se abre el excel. Quien quiera aventurarse en la resolución de este enigma, deberá tener mucha imaginación y tanto tiempo libre como yo, XD. (Pinchando con el derecho sobre la imagen, se puede abrir en otra ventana o descargarla) 
                                           http://www.megaupload.com/?d=NENQ2H97

PISTA 1: Como he dicho arriba, el cuadrado de la derecha resuelve el de la izquierda. Por lo tanto, hay que entender qué quiere decir el cuadrado de la derecha primero.

PISTA 2: Las personas que se hayan leído "El símbolo perdido" lo tienen mucho más fácil.

PISTA 3: El cuadrado de la derecha son todo números.

PISTA 4: Hay que ordenar el cuadrado de la izquierda según esos número, entendiendo que el 1 habría que colocarlo en el cuadrado al tope arriba y la izquierda, y el 2 a su derecha. De esta forma, el número 30 (que es el último, porque son cuadrados de 6x5) irá abajo y a la derecha.

PISTA 5: El cuadro de la izquierda ha de ser reordenado dos veces.

miércoles, 14 de julio de 2010

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Que sepáis que tengo muchísimas ganas de hacer otro collage con caretos. Estoy aguantando el tipo, !!qué lo sepáis!! Ahora mismo cojo una escalera y me la como. ¿Que no? Con huevos fritos. Si no hubiera hecho tantos caretos en el otro post los haría ahora, por que es lo suyo. Pero me conformaré con lo siguiente: ¿QUÉ ES LO QUE TENGO EN LA MANO? Pues en la mano, fieles míos, tengo el trabajo de todo un curso listo para ser impreso. Eso significa que mañana lo imprimo, y luego lo re-corrijo para la convocatoria de Diciembre, porque soy así de cateto. Y luego lo vuelvo a imprimir. Y así siempre. Es la ley del ETERNO RETORNO.
Y después: pun chan pun chan pun chan!! Dale a la batería mi pequeño, pues será tal vez la última vez!
Tan de booooooo! En pieeeeeeeee! Que caigan los muros de cristaaaaal!




domingo, 16 de mayo de 2010

XD

Bastó una mirada a mí alrededor para comprender que, pasara lo que pasara, yo estaría a salvo. Me bastó con mirar, y comprobar, que siempre iba a estar para solucionarlo todo.

Que los días te pasan sin poder ver el sol que estas paredes y este tejado, opacos, te ocultan. Que los deseos siguen guardados en un enorme baúl escondido en un mundo paralelo. Y que las heridas que cicatrizaron jamás acabarán por desaparecer del todo.

Me bastó con mirar, para ver, que por mucho que sufriera, siempre podría sufrir más. Me bastó comprobar, para saber, que por mucho que lloviera, el cielo siempre vuelve a brillar.

Así que un día decidí ser un cursi que nunca fui. Decidí, que las cargas que llevamos siempre se pueden soportar. Decidí, que pasara lo que pasara, yo jamás me rendiría. Decidí que siempre había un buen motivo para dedicar una sonrisa.

Así pues… Sonríe!! XD

martes, 11 de mayo de 2010

OFICINA

PPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPP
UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
TTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTT
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
RRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA


ZORRA

lunes, 10 de mayo de 2010

Acabados.

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(por jose y greg)

viernes, 7 de mayo de 2010

Atención!

MENSAJE URGENTE/. SE ACABA DE DESCUBRIR QUE REALMENTE EXISTEN LAS MALAS PERSONAS/. GENTE QUE HACE COSAS MALAS SIN AVERGONZARSE, SIN ARREPENTIRSE/. QUEREMOS PREVENIROS DE ELLAS PARA QUE CUANDO OS ENCONTRÉIS CON ALGUNA SEPÁIS A QUÉ OS ATENÉIS. 

En ocasiones, se hacen llamar Lana y son terriblemente convincentes. ¡No os dejéis amilanar!

Pero no todos son Lana. Por favor, no perdáis la fe en la humanidad. Que las buenas acciones prevalezcan a las malas, alabemos a los buenos, porque ellos son el futuro.

Una buena mentira, se lleva siempre hasta el final.

Mientras la madre de Lana leía una revista en su cuarto, un ruido inesperado se escuchó en otra habitación de la casa. 
"¿Se ha caído algo Lana?"
"No, no te preocupes" -la voz de Lana llegó a los oídos de su madre a través del pasillo.
Así, su madre pudo seguir leyendo.


Media hora después, la madre se asomó al cuarto de Lana, para comprobar que seguía estudiando. 
"¿Estudias, Lana?"
"Claro, mamá"
Entonces Lana sacó de debajo de sus apuntes una hoja donde se estaba dibujando a sí misma, con un chico. Iban cogidos de la mano. Pronto, de nuevo la voz de su madre:


"¡Lana! ¡Ven al comedor ahora mismo!"
Ella fue.
"¿Qué es esto?" -Decía su madre, señalando un trozo pequeño de cristal que había debajo de un mueble de salón. 
"Es del jarrón de cristal que me regaló tu abuelo cuando fue a Venecia. ¿Lo has roto?"
"No, yo no he hecho nada, ¿por qué tengo que ser yo siempre?"
"Porque ahora mismo sólo estamos tú y yo en la casa, y antes he escuchado algo romperse. Sabes que me gusta mucho ese jarrón y que significa mucho para mi. ¿Por qué no me has dicho que lo habías roto?".
"Pero que yo no he roto nada. ¿De qué jarrón me hablas?" -Insistía Lana.
"No te hagas la boba, ese jarrón ha estado en esa estantería siempre y ahora no está. ¿Dónde está el jarrón?"
"¡Y yo qué sé! ¡Tú sabrás lo que haces con tus cosas!" -Así Lana intentaba evadir el tema.
Su madre se dirigió a la cocina y miró en la basura, y dentro de algunos cajones. No encontró nada.
"Algo habrás hecho con el resto de los cristales" -dice su madre.
"Que yo no he roto nada ¿Por qué no me crees? ¡Siempre tienes que desconfiar de mi!"
"Lana, que antes de irme a mi cuarto el jarrón estaba ahí. ¿Cómo ha podido desaparecer solo?"
"¡Estás loca mamá, déjame en paz!"


Su madre se puso a mirar donde estaba el jarrón, por si encontraba alguna pista. Conociendo a Lana como la conocía, no comprendo cómo aun podía dudar de que, efectivamente, había sido Lana la que había roto el jarrón. Así era Lana, muy convincente. Y cobarde.


Al día siguiente, Lana se iba al colegio con su mochila en la espalda. Su madre se acercó a ella y quiso abrirle la mochila para meterle el almuerzo. Ella se apartó.
"¿Qué pasa Lana?"
"Que... hoy no almuerzo"
"A ver, ¿Por qué no almuerzas?"
"Es que llego tarde mamá, hasta luego" Lana salió corriendo de casa, haciendo caso omiso de los gritos de su madre pidiéndole que volviera. Y así, el jarrón desapareció para siempre.


Más tarde, su madre encontró pequeños trozos de vidrio dentro de la mochila de Lana. Ya no volvió a confiar en ella jamás. No le dijo que los había encontrado. Y es que, había perdido la esperanza.













sábado, 1 de mayo de 2010

Pséudolo

Hace un tiempo, un buen amigo me convenció para ocupar el puesto de un pianista que tocaba en el grupo de teatro de la universidad de Alicante. Por entonces estaban representando Pséudolo. Hemos hecho numerosos viajes con la obra, y ganado algunos concursos importantes. Hace poco tiempo, hicimos la última representación de Pséudolo en el teatro de Arniches, en Alicante. Pongo algunas imágenes de algunos de los sitios donde hemos estado (Tarragona, Mérida, Teatro principal de Alicante, Madrid, Sax y Arniches), y otra imagen con las partituras que me tuve que aprender en menos de una semana, y que ahora aun me sé al dedillo (y que supongo que olvidaré con el tiempo). Una experiencia extraordinaria para mi. Y lo que vendrá después!!

lunes, 19 de abril de 2010

Los Guardianes del Faro



Sí, estamos en bañador. Sí, seguimos siendo unos guerreros!
NO PODRÁN PASAR!!
(fabulosa obra conjunta de Jose y mía, XD)

domingo, 18 de abril de 2010

viernes, 16 de abril de 2010

Leyendas III: Mauron.

Mauron.
El océano se dividía en dos ante los ejércitos de la Alianza. Delante, surcaban el mar barcos con duros cascos de proa y ballestas de largo alcance, listos para hundir al enemigo. Detrás, los barcos de transporte iban repletos de valientes guerreros, hoplitas, que defenderían sus tierras hasta el final. La historia los recordaría como los “dementes”.
En el horizonte empezaron a divisarse unas altas columnas de humo entre gris y verde, y las altas torres de piedra negra. Eran las Tierras Fétidas que gobernaba Mauron con mano de hierro. Los hoplitas estaban ansiosos por la batalla.
Vieron venir de allí un pequeño bote. En él venía un hombre-orco vestido de tela verde. Su pelo era largo y grasiento, y sus ojos inyectados en sangre. Habló con voz gutural, apenas entendible: “Marcharos de aquí, nadie ataca a un siervo del Crim”. El general de los hoplitas preguntó: “¿Quién eres?”“Soy un diplomático a las órdenes de Mauron, y vengo a informaros de qué debéis marcharos, y de que El Supremo os va a dar una oportunidad, si os unís a él”
Entonces, el diplomático murió debido a las flechas que atravesaron el aire desde los barcos de Ende. Un grito de júbilo por parte de los hoplitas, que siguieron su marcha.
De repente, el mar se volvió burbujeante, y luego bravío, tanto que los barcos de guerra empezaban a perder el control. Nadie entre los guerreros del Superior Guarda ni Belo sabían qué estaba ocurriendo. Unos brazos con tentáculos, enormes, salían a la superficie y rodeaban los barcos. Los guerreros gritaban e intentaban cortarlos. Pero por muchos brazos que cortaban, otros aparecían detrás. Los brazos empezaron a girar bajo el agua, y formaron pronto un remolino. Tan poderoso era, que hacía girar los barcos hasta su centro, y los hundió en la inmensidad del fondo, destrozándolos y ahogando a sus tripulantes. Esta horrible visión fue recibida por los barcos de transporte de la Alianza que se encontraban aún lejos, más atrás. Entendieron que ese era un gran poder que no ponían superar, y dieron la vuelta con el resto de supervivientes, de vuelta a Tanoutia.

Llegaron al anochecer, pero no vieron alejarse las columnas de humo que seguían detrás en el horizonte. Temían por una represalia. Los guerreros desembarcaron y dieron las malas nuevas a sus ciudadanos, pero luego no se fueron a dormir. Ocuparon sus puestos de guardia.
A media noche, sonó un cuerno en la oscuridad. Un rugido que invadió las ciudades y el alma de los guerreros habitantes en la ciudad del Superior Guarda y Belo. Se escuchaba el sonido de unos potentes engranajes que hacían una labor. Se escuchó un latigazo, muy alto y claro. Después, silencio. Dos segundos después, un grave suspiro, seguido de un trueno devastador, una enorme piedra bañada en fuego chocó contra las murallas y las derribó. Todos estaban paralizados en Tanoutia.
Una sombra de orcos apareció por el hueco en la muralla, y ahora corrían libres por la ciudad. Sonaron más latigazos, y más truenos. Las piedras destrozaron los fuertes y las despensas con mucha velocidad. Los guerreros plantaron cara a los orcos, pero ellos eran muchos, y tenían potentes criaturas surgidas de algún abismo oscuro que luchaban de una forma devastadora que los hoplitas no llegaron a entender. La destrucción asoló ciertas ciudades en Tanoutia. Las redujo a escombros. Tal era el poder que Mauron todavía ostentaba.
Las tropas de Mauron volvieron a su tierra con todos los recursos de los que disponía la Alianza, y con muchas muertes en su lista.
Belo pudo huir a tiempo a otra ciudad de la Alianza. Pero el Superior Guarda murió.
La sangre de los guerreros del Superior Guarda se mezcló con las cenizas que produjo el fuego. Cuenta la leyenda, que el odio dio vida a aquella sangre entre la tierra, y de ella surgió un ser vivo con forma de humano, cuyo modo de vida era la venganza, que pronto comenzaría la reconstrucción de aquella perdida población. Este ser, sería el primero de una nueva generación de guerreros renacidos, y los gobernaría. Se hacía llamar, “El Homúnculo”.

martes, 13 de abril de 2010

post-tenerife

Hoy la melancolía fue la indiscutible compañera de un espíritu inquieto. Teníamos un mundo por descubrir y una vida de holgazanería y ocio típicas de un sueño, y ahora ya no tenemos nada de eso. Ahora tenemos horarios y asignaturas. Como siempre. Volver a la realidad es en ocasiones una PUTA MIERDA. Es levantarse de un sueño y pensar "POR TU FAMILIA, CINCO MINUTOS MÁS". Vaya ironía, con el absoluto desgaste que llevaba en el cuerpo. Pues bien es cierto que no me quedaría en Tenerife, pero sí con aquella vida en cualquier otro lugar. No contaré mucho del viaje, sólo que aquello es precioso, y que cumplí completamente algunos de mis más necesitados deseos. Unas fotos:



sábado, 3 de abril de 2010

Leyendas II: La defensa de Tanoutia.


La defensa de Tanoutia.

Tanoutia, una isla de sol y arenas blancas, era una gema en bruto, y requería de toda la energía de sus nuevos habitantes, el Superior Guarda, Belo, y el Papa de la Magia. Allí encontraron otra civilización que moraba en Tanoutia desde hacía milenios, que compartían sus tierras con los Zorros del Desierto que habitaban también allí. Esa civilización era conocida por acabar de extinguir a los dinosaurios que se escondían entre las montañas, y se dice que para sus emblemáticas construcciones usaron los enormes huesos de esos animales.

Muy pronto la alianza Ende entabló amistad con ellos, y establecieron un acuerdo de paz. Trabajaron juntos en la excavación de una nueva cantera de mármol aun sin explotar, que les permitió conseguir materiales que luego exportarían a la tierra natal de cada uno.

Pero no todos los habitantes de aquellas tierras eran amistosos. Al sur de Tanoutia, una increíblemente poderosa colonia de orcos analfabetos hacía estragos entre los de su alrededor. Con cierta frecuencia, batallones de orcos desembarcaban en la isla y saqueaban las ciudades primerizas. Estaban mandados por un dictador que llegó a su cargo por casualidad, porque la diosa Fortuna estaba probando los buenísimos vinos de la zona hasta que se le cayó a tierra el frasco del Líquido de los Dioses sobre su cabeza. El dictador amaneció un día al mando de aquellos miles de orcos. Era Mauron, Señor de las tierras Fétidas.

Ante esta peligrosa amenaza, la alianza Ende y los Extintores de Saurios decidieron emprender una acción. Primero, tomaron contacto con los superiores de Mauron, los Señores del Crim. Estos seres moraban en las entrañas de la tierra prácticamente desde sus principios y guardaban con celo sus propias fronteras. De nada sirvió aquella protesta, pues ellos no controlaban las decisiones de la diosa Fortuna y les advirtieron de que no atacaran a Mauron, o serían aniquilados.

Así, Mauron siguió germinando terror entre los Tanoutorianos. Pero Ende no había venido de tan lejos, distanciándose de sus seres queridos y de su tierra natal, sólo para rendirse. Fue entonces cuando Belo y el Superior Guarda decidieron, en contra de lo que les aconsejaban los Señores del Crim, ir a la guerra (El Papa de la Magia no podía estar con ellos, pues había vuelto a su tierra a tratar de repeler una batalla que ya estaba perdida).

Prepararon sus filas, y ante ellas había un hoplita, que les dio un mensaje que jamás olvidarían: Hemos venido aquí a cultivar nuestra propia tierra. Hemos venido aquí para ser libres. No vamos a dejar que usen nuestra isla ni a que se lleven el sudor de nuestra frente. Nuestro dolor es nuestro, y tiene un precio. Puede que ellos sean más fuertes. Puede que ellos sean más. Pero vamos a hacer que lo paguen con su sangre, porque nosotros, no tenemos miedo.

Y sin miedo, cargaron sus barcos de guerra y zarparon a la mar.