viernes, 26 de febrero de 2010

Jornada Fotográfica.




































Estás son las 10 imágenes que envié a las Jornadas Fotográficas que celebraron en la Universidad de Alicante. No era un concurso, simplemente sortearon unas cosas (qué cosas serán? pues no sé) entre los 19 participantes, y nos dieron a todos un regalito por participar. A mi me tocó un trípode enano que me viene de perlas porque no tenía.
Ahí las he dejado para que les echéis un vistazo. No es que sean buenas, pero mira, alguna curiosa hay.

sábado, 20 de febrero de 2010

El experimento de Pepe.

PRECAUCIÓN:  NO LO LEAS SI ERES UNA PERSONA SENSIBLE.

Pepe tenía un nombre normal. Su vida era de lo más frecuente, y poco tengo que decir de sus amores, de su trabajo y de sus inquietudes. Bueno, de sus inquietudes tal vez sí que pueda decir algo.


Mientras conducía un martes, una garza se le cruzó delante del parabrisas. Pasó muy cerca, pero un movimiento adecuado de sus alas le permitió planear hasta fuera de la carretera sin resultar herida. Pepe se preguntó qué hubiera ocurrido si el ave se hubiera estrellado de frente contra el coche. ¿Habría sobrevivido? Tal vez el aerodinamismo del coche en movimiento hubiera producido una ráfaga de viento que hubiera impedido dicho contacto. Aunque pronto descartó esa idea, pues las abejas sí que se rompen contra el cristal sin ningún remedio ni cura. Tal vez, como las abejas dejan los restos de polen, el ave dejaría sus restos de sangre. Pero era posible que la herida producida por un golpe a esa velocidad no provocara chorretones de sangre, así pues, la garza saldría disparada antes de sangrar y manchar la luna. Pero, ¿y si la velocidad es suficiente como para producir un golpe que destroce completamente su cuerpo? Su cráneo obviamente se partiría, pero ¿Se rasgaría la piel? ¿O el conjunto de sus huesos y fluidos quedarían contenidos por los ligamentos y la piel? Seguramente sus vasos sanguíneos explotarían por la presión del golpe. Sí, era totalmente posible que el ave saltara por los aires como un copo de maíz caliente, y produjera chorretones de sangre, vísceras, y sesos.

El cráneo de un ave no es especialmente rígido. El cráneo de los humanos lo es más, pues tiene mayor espesor.

Aunque a Pepe no le gustaba la imagen, sentía curiosidad por saber cómo actúa la cabeza y el resto del cuerpo humano a elevadas presiones mecánicas. ¿Puede explotar/estallar el cuerpo humano? Se imaginó (aunque no le resultara agradable) una persona metida entre dos paredes que se cierran gracias a unos potentes mecanismos. Una persona acostada sobre una plancha de metal, y otra plancha de metal que bajara hasta que la distancia entre las planchas fuera de cero, sean metros, o milímetros. ¿Qué rompería primero? Supuso que si la persona mira hacia arriba, la nariz sería lo primero en tocar la plancha superior en movimiento descendente. La nariz se rompería primero ¿Sería una rotura brusca, como cuando rompemos un fideo sin cocer, o más bien una cosa más lenta, como si fuera de plastilina? Tal vez dependería de la edad. Seguro que a un niño la nariz se le deformaría hasta alcanzar un punto en el que jamás podría volver a su forma original, del mismo modo que lo puede hacer una goma elástica (estira, estira, hasta que se rompe). Pero a un adulto, la nariz seguramente haría: “crasch”. Podríamos escuchar el “crasch” si presenciáramos la escena. Si la persona siguiera viva, tal vez escucharíamos otras muchas cosas. Y bueno, no sentía curiosidad Pepe por qué pasaba si aplastaba a una persona muerta. O sí, sentía curiosidad, pero no tanta. Aunque a Pepe no le gustaba la escena, la persona debía permanecer viva, y consciente.

La sangre no fluye de la misma forma si está el corazón parado, o latiendo.

Y la actitud de la persona, ¿Cuál sería? Tal se pondría a insultar. Tal vez al principio, porque tendría que llegar un momento en el que entiende que todo está perdido. Entonces tendría verdadero miedo. Esto sí que podría resultar lo más repugnante de todo, y al mismo tiempo lo más interesante. ¿Cuándo entendería la persona lo que le va a suceder? ¿Cuándo de verdad surgiría el miedo y cuándo sabría la persona que va a morir? Los gritos, sí, eso era obvio. ¿Gritaría con todas sus fuerzas o dejaría algo de energía “por si acaso”? -¿por si acaso qué coño?- Por si acaso se le rompen sus cuerdas vocales. ¿Cuándo dejaría de preocuparse por sus cuerdas vocales y gritaría de verdad? ¿Cuándo entendería que gritar no le va a salvar la vida y se pondría a llorar? Pues, ¿lloraría? ¿Se orinaría encima? ¿Qué mirada tendría? ¿Cuánto abriría sus ojos? ¿Cómo se cerrarían sus pupilas hasta parecer un grano de arena? Abriría la boca por el dolor. La abriría mucho y podría sentir que se le desencaja la mandíbula, tal vez. Pero sobretodo, había una pregunta que entusiasmaba a Pepe, aunque le parecía horrible: ¿Cuántas partes de su cuerpo debían romperse para morir? ¿Hasta qué distancia podrían quedar las planchas metálicas antes de poder morir? Imaginó Pepe, que estarían mucho más juntas de lo que podría parecer en un principio.

Después de la nariz, seguro que la cabeza se pondría de lado. El cuello no se rompería, decía Pepe, porque el cuello puede girar un poco más de 90 grados. Ahora todo dependía de si la persona tiene la cabeza más o menos pequeña que el tórax, o si tenía más o menos barriga. Si tiene bastante barriga, seguramente los órganos internos se aplastarían y romperían sus tejidos bastante pronto. La sangre afloraría por el ano y por la boca. Tal vez la piel se rompería por el lateral y saldría todo –vísceras- por los lados, o por cualquier otra parte. Aunque lo más lógico parece ser que la presión produzca que la persona simplemente se ahogue al no dejar que los pulmones se expandan. Por otra parte, si la persona es muy delgada, pensó Pepe que el tórax y la cabeza fueran los que antes rompieran. En el caso de ser el tórax, la muerte sería la asfixia. La cadera y los órganos genitales también serían historia. O simplemente dejarían de existir y ya está. Y el aplastamiento de la cabeza también llamaba la atención a Pepe. Como en el caso de la nariz, o del cráneo del ave, era muy probable que hiciera “crasch”. Aquí el sonido del los huesos rotos debía ser considerable. Puede que al romperse de repente (como el fideo) el cráneo empujara y rompiera la piel, dejando escapar su gris contenido. O tal vez se rompiera como la nariz de un niño, deformándose poco a poco. También aquí los huesos romperían la piel y liberaría su presión dejando libre sesos y sangre. Una palomita de maíz, roja. De azucar.

No sabía muy bien Pepe, qué ocurre cuando aplastas viva a una persona. No le gustaba la escena, pero no podía evitar preguntárselo.

Nota: Al autor le entraron gases después de releer esto.


miércoles, 17 de febrero de 2010

Perdidos

Con objeto de la emisión de la 6ª (y última!) temporada de Perdidos, me he prepuesto añadir aquí mis 2 momentos preferidos de la serie.

Hurley y la furgoneta. En sus idas y venidas por la isla, se encuentran con una furgoneta de Dharma, vieja, destrozada y abandonada hacía muchos años (abandonada por Benjamin Lynus, después de asesinar a su padre). ¿Qué se le ocurre hacer al carismático Hurley? Arrancarla, claro.



Después de que la isla se "moviera", los personajes empezaron inesperadamente a viajar por el tiempo, y eso perjudicaba gravemente su salud. Desmond se encuentra en un momento muy peligroso en el que está a punto de perder la cordura entre el pasado y el presente. Daniel Faraday, el físico, le explica que para que cesen los viajes, debe encontrar una "constante" que haya permanecido a lo largo de toda su vida. Para Desmond, esa constante, es Penny. (dejo el enlace, no encontré el html)

http://www.youtube.com/watch?v=28_Yl0OzmUM&feature=related

martes, 16 de febrero de 2010

L/O/C/O/A

Érase la cabeza calcomida/corrupta por una serie/batería de elementos aleatorios que se ordenaban sin ningún sentido en las esquinas de las más absolutas e íntegras alucinaciones/tonterías para llorar/paranoias para reir, que dicen que todo es verdad cuando en verdad mienten sobre que todo es mentira, pero mienten las personas que imaginan con la originalidad de una vida perfecta y tan inexistente como la propia verdad/el propio dios/el mismo infinito que llega hastá allá tan lejos y se pierde en la inmensidad de un horizonte abismal. Es la complejidad de las personas más simples/las personas más intuitivas/las personas más monkeys monkeys/las personas más gansas -buruburulubrulurburluburlu-/y sobre todo de las personas más ombligueras/céntricas/uni-personal/uni-personal-plural-futuro-que-no-me-importa cuyos razonamientos son tan básicos como dos mas dos, más básicos que dos mas dos pues en el increíble espacio que son ellos/ellas/mixtas pierden la localización de todo aquello que les rodea, que son los otros/otras personas/otros/otros/otros que son - demasiados, porque ya tienen mucho/bastante con el tema del Yo soy/Yo aquí/Yo allí/Yo doy vueltas por el aire/yo me caigo y me hago pupa, ay, ay, ay.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Canción de Lana.

-Me llamo Edu, ¿damos una vuelta por jardín, Lana?
-Sí, me encantaría.
Entonces Edu abrió la puerta del edificio para salir al jardín, y esperó unos minutos. Lana no apareció, así que volvió a por ella. Estaba sentada en una mecedora, leyendo.
-Ey Lana, ¿No habíamos quedado para dar una vuelta por el jardín?
-Ah sí, es verdad. Pero me encontré con este libro y esta cómoda mecedora, y decidí sentarme un rato. Pero podemos ir ahora, ¿Vamos?
-¡Claro que sí!
Salieron al jardín y pasearon por su lindero, limitado por una valla. Al otro lado estaba mar, que golpeaba las rocas del acantilado y dejaba en el aire una humedad y un olor agradables.
-¿Te gusta el mar, Lana?
-Me encanta Edu. Me gustaría un día tomar un barco y cruzarlo entero.
-Pero el mar es muy amplio.
Entonces ella guardó un silencio incómodo. Él le tocó del pelo, y le dijo:
-Me caes bien- Lana contestó:
-Yo cruzaré el mar en barco, me da igual lo que me digas. Deja de decirme lo que tengo que hacer.
-No te entiendo Lana, ¿Qué quieres decirme con eso?
-Paso de que dudes de mí.
-Yo no he dicho que dude de ti. He dicho que el mar es muy amplio. ¿Puedes entender lo que yo pienso? ¿Puedes ponerte en mi lugar?
Lana se dio la vuelta y se fue sin contestar, silvando una canción alegre. La espuma del mar fue tras ella con el viento, diciéndole adiós.

lunes, 8 de febrero de 2010

Open banana

Por si después de leer el título de este post alguien no lo tiene claro, sí, voy a hablar sobre cómo abrir un plátano. Es un tema que no se debate en el congreso de los diputados. Pero se debería. Hay gente que trata a los plátanos de una forma que debería estar prohibido.


Para que se deje de tratar a los pobres plátanos de esas formas tan despiadadas –ellos, que nos alimentan sin pedir nada a cambio- voy a escribir este post. Para que todo el mundo aprenda a pelar un plátano, que parece que seamos tontos, la leche. Además proporcionaré un poco más de cultura general sobre el asunto.

Primera forma de pelar un plátano, la FORMA BÁRBARA. Es la más extendida dentro de la población humana mundial. Se dobla por la parte de arriba (Por donde el plátano se engancha a la platanera), y se tiene la esperanza de que la corteza se rompa a la primera. Producto de ello, tenemos un destroce total o parcial de la fruta, que pasa de ser una pieza entera y sana, a una pieza entera y pasada por debajo de los neumáticos de un camión. ¿Qué no? Pues casi. Los beneficios de hacerlo así, son que no tienes que pensar mucho.

La segunda forma fue adoptada por algunos seres con la aparición del cuchillo. La FORMA SOFISTICADA. En principio es similar a la primera, pero en vez de doblar la parte de arriba directamente, así a saco, se usa un cuchillo para hacer un pequeño corte que permita con mucha mayor facilidad la apertura. Yo lo he usado bastante, y te aseguras la integridad del plátano. Inconveniente uno: El cuchillo se ensucia y tienes que lavarlo. Inconveniente dos: Ay!, no tengo cuchillo. Beneficios. La muerte es rápida y limpia.

Después de darse cuenta de que uno no tiene cuchillo, piensa “¿cómo hago para pelar un plátano sin destrozarlo?” Entonces es cuando te pones a ver los documentales de la 2 y ves a un mono. Un mono comiendo un plátano. Es entonces cuando surge la FORMA INTELIGENTE. Es decir, coges un plátano como lo haces siempre, y le das la vuelta. Aprietas dulcemente la parte de abajo (ahora queda arriba, porque le has dado la vuelta, ¿recuerdas?), que es un poco rígida, y se forman las aberturas necesarias para extender las distintas partes de la corteza hacia los lados. Que los monos hagan eso –que sí, que lo hacen realmente así- y que nosotros tengamos que hacerlo de la forma bárbara me parece muy fuerte.

Luego está la forma que sólo los musculosos y apresurados podemos emplear. La FORMA BRUUUUUTAL!!!. Se coge un plátano por la parte de arriba, y se estira hacia fuera. Sí, hacia afuera. Y sí, se puede. Curiosamente sale mucho mejor que de la forma bárbara. Pero cuesta un poquito.

Y para terminar, está la FORMA ECHADO A PERDER. Es apta para todos aquellos descerebrados que ni tienen fuerza, ni inteligencia. Esto es, a bocado sucio y lleno de babas. Morder y tragar, con piel incluida. Así, de forma colosal.

Saquen vuestras propias conclusiones. NO AL PLÁTANO APLASTADO!

Una apertura de FORMA BÁRBARA casi perfecta (obsérvese el pequeño golpe de la punta a la derecha, que se podría haber evitado)

sábado, 6 de febrero de 2010

Kum

Kum era el chico que inspiraba a las novelas románticas donde el amor a primera vista era posible. Esa era la etapa de moda.


Para llegar hasta allí, Kum tuvo que estar enamorado unos años. Enamorado de ese primer amor que se dice que es para siempre, pero es mentira. Pero es, tal vez, el más inocente, puede que el más sincero, el más cutre, el más pomposo, el más irremediablemente vergonzoso. Aquella relación se pasó. Porque se lleva que ese tipo de relaciones pase. Es la moda. Entonces lloró, y se preguntó algo un poco crudo ¿Por qué sigo vivo? Pronto encontró una respuesta, pero todas esas cosas son normales, pasa siempre. Porque los seres humanos somos poco originales hasta para las penurias. Aunque muchas veces pensamos que nuestro problema es la puta ostia y te amarga que no veas, te basta con escuchar un poco a tus amigos para darte cuenta de que eres un soso de mierda, de que tus problemas son una mierda, y sobre todo, te das cuenta, de que tus problemas están de moda. Hay gente que eso no lo entiende, pero porque no sabe escuchar.

Pasado un tiempo, este chico empezó a dar botes como los conejos, pataleando al aire y buscando conejas para todo aquello que es animal e intuitivo. Busca, desesperadamente, salir de un agujero en el que no de forma muy clara se había metido. Esto que digo lo digo muy pronto, pero todos sabemos (porque se lleva) que se tarda un poco. Depende de si eres un amargado, o un super-mega-amargado.

Kum intentó volver entonces con su amor inicial. Eso se lleva muchísimo, y es curioso, porque siempre sale mal. No fue una excepción para él.

Conejos y conejas. Vamos, que se acabó aburriendo. Porque, por desgracia, no somos conejos.

Ahora Kum, ya es por fin la inspiración de las películas románticas. Sus pupilas siempre están dilatadas, su corazón siempre está latiendo, su miembro siempre está erecto, su página de contactos de internet ahora está en favoritos, su teléfono móvil y su dirección de Hotmail siempre están disponibles. Sí, de repente mucha gente nueva ya tiene tu dirección de Hotmail. La mitad de ellos en realidad no le importan nada a Kum, pero al mismo tiempo está enamorado de todos. Sus sentimientos están continuamente a flor de piel deseosos de desembarcar. No sabe lo que quiere, pero lo siente todo. La etapa de moda de los veinteañeros. (Si alguien lee esto y se siente identificado, e incluso si piensa que estoy hablando de él, ¡que no se preocupe! Está de moda)

Pero Kum había decidido una cosa por fin: Que sería sincero consigo mismo, y que, ante todo lo demás, por encima de todo lo demás, haría lo que quiere hacer. Entendió que no podía hacer cosas a los demás con las que él se hubiera sentido mal si se las hicieran. Entendió que intentar hacer que el cielo sea verde cuando es azul es antinatural, y eso no le gustaba a Kum. A Kum le gustaba decir por ahí que no somos lo que hicimos, si no lo que aprendimos haciéndolo.

Kum no era especial. Kum estaba a la moda.

Cualquier parecido con la realidad está basado en hechos absolutamente reales y comprobables. (Ventajas de escuchar a la gente)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Va de Friedrich Nietzsche.

Habla el martillo.

<¡Por qué tan duro! - dijo en otro tiempo el carbón de cocina al diamante; ¿no somos parientes cercanos?>-

¿Por qué tan blandos? Oh hermanos míos, así os pregunto yo a vosotros: ¿no sois vosotros - mis hermanos?

¿Por qué tan blandos, tan poco resistentes y tan dispuestos a ceder? ¿Por qué hay tanta negación, tanta renegación en vuestro corazón? ¿Y tan poco destino en vuestra mirada?

Y si no queréis ser destinos ni inexorables: ¿Cómo podríais - vencer conmigo?

Y si vuestra dureza no quiere levantar chispas y cortar y sajar: ¿cómo podríais algún día - crear conmigo?

Los creadores son duros, en efecto. Y bienaventuranza tiene que pareceros el imprimir vuestra mano sobre milenios como si fuesen cera, -

- bienaventuranza, escribir sobre la voluntad de milenios como sobre bronce, - más duros que el bronce, más nobles que el bronce. Sólo lo totalmente duro es lo más noble de todo.

Esta nueva tabla, oh hermanos míos, coloco yo sobre vosotros: ¡Haceos duros! -


Sobre el bien y del mal.


¡Qué enojoso es esto! ¡Siempre la misma historia! Una vez que hemos acabado de construir nuestra casa, nos damos cuenta de que al construirla hemos aprendido, sin sospecharlo, algo que habríamos debido de saber antes de comenzar. Eterno y odioso "demasiado tarde". ¡Melancolía de las cosas acabadas!