lunes, 30 de julio de 2012

RESISTENCIA ACÚSTICA


-            -   Asique eres guitarrista.
-            -   Sí, desde hace un tiempo.
-            -   Pues yo soy bajista.
-            -   ¿Si? Oye, deberíamos quedar un día para tocar algo.  


Y luego la cosa se va liando. Que si uno conoce a un teclista, que si el otro quiere hacer una versión de tal tema… La música une almas. Crea un fuerte magnetismo hacia aquellas personas que le son complementarias. Los instrumentos musicales están fabricados para tocarlos junto con otros instrumentos, así pues, cuando interpretas con un instrumento, el objeto te transmite una polaridad que es distinta de la que transmiten otros instrumentos de otra especie. Por lo tanto, un guitarrista experimentará una intensa atracción por los bajistas y viceversa. Sentirán curiosidad entre ellos, y estimularán tanto su imaginación como su sociabilidad. Un guitarrista tiene un aura atrayente de bajistas que diría, no sólo que se intuye, si no que hasta se huele.

Y si las diferentes partes tienen tiempo libre, pueden llegar a componer cosillas, e incluso tocar en algún sitio, y si tienen suerte, puede que hasta alguien les escuche.

Cuando el grupo se rompe o desaparece por cualquier cosa, ocurre en la historia de las personas que formaron parte de él un antes y un después. Una nueva etapa. Y por esta etapa que termina realizo este vídeo:


Me gusta pensar, por muy definitivo que suene todo esto, que sólo nos estamos tomando un descanso. Un par de meses para que alguien se canse de Londrenear y estamos otra vez componiendo cosas. Al igual que cuando una pareja quiere cortar, y para que suene menos duro y más llevadero se dicen “vamos a darnos un tiempo”…

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